Cómo los códigos postales ayudaron a organizar América
Gabriel José de la Concordia García Márquez (español de América: [ɡaˈβɾjel ɣaɾˈsi. a ˈmaɾkes] (escuchar);[a] 6 de marzo de 1927 – 17 de abril de 2014) fue un novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano, conocido cariñosamente como Gabo [ˈɡaβo] o Gabito [ɡaˈβito] en toda Latinoamérica. Considerado uno de los autores más significativos del siglo XX, sobre todo en lengua española, fue galardonado con el Premio Internacional Neustadt de Literatura de 1972 y con el Premio Nobel de Literatura de 1982[1] Siguió una formación autodidacta que le llevó a dejar la carrera de Derecho para dedicarse al periodismo. Desde muy pronto no mostró inhibiciones en sus críticas a la política colombiana y extranjera. En 1958 se casó con Mercedes Barcha Pardo;[2] tuvieron dos hijos, Rodrigo y Gonzalo[3].
García Márquez se inició como periodista y escribió numerosas obras de no ficción y cuentos aclamados, pero es más conocido por sus novelas, como Cien años de soledad (1967), Crónica de una muerte anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985). Sus obras han obtenido un gran reconocimiento de la crítica y un amplio éxito comercial, sobre todo por haber popularizado un estilo literario conocido como realismo mágico, que utiliza elementos y sucesos mágicos en situaciones por lo demás ordinarias y realistas. Algunas de sus obras están ambientadas en el pueblo ficticio de Macondo (inspirado principalmente en su lugar de nacimiento, Aracataca), y la mayoría de ellas exploran el tema de la soledad.
Word Up – EL GRAN COMBO 2021 4-16-2021
¿Pueden los avances editoriales sostener a las agencias literarias en América Latina? ¿Y podrían ser las historias de violencia lo que buscan los editores esta temporada? Estas y otras cuestiones son debatidas por especialistas en derechos entre los becarios de la Feria del Libro de Bogotá.
Hasta el 2 de mayo, la 31ª edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá ha acogido un programa de becarios, este año, según informa Publishing Perspectives, con ocho becarios de Alemania, España, Estados Unidos, Canadá, Italia y Turquía.
Los becarios participaron en reuniones de negocios con editores colombianos y realizaron visitas guiadas a la feria, conociendo las tendencias y catálogos editoriales del panorama literario y editorial colombiano.
Publishing Perspectives ha hablado con cinco de estos profesionales del programa de becas, para conocer sus puntos de vista sobre los temas relacionados con la venta de derechos de la literatura latinoamericana, los retos en la venta de derechos y sus expectativas de sus experiencias en la feria.
“Era la primera vez que teníamos un libro de cuentos en una subasta de venta de derechos en el extranjero”, dice Pareja. Tras la publicación en español del libro, salió a la venta una traducción al inglés de Penguin Random House/Hogarth como Things We Lost in the Fire (2017).
Estilos de crianza de niños con TEA
Pero son estos mismos niveles de optimismo los que no gustan a sus críticos. Campo Ricardo Burgos sostiene que sus primeras obras muestran una “sobredosis de bondad, optimismo y ambientes paradisíacos” propios “de la ciencia ficción soviética de la época estalinista.” Mora Vélez responde lo siguiente: “… la CF soviética que yo leía en aquellos años no era sumisa a la” Nomenklatura . “Iván Efremov, por ejemplo, fue criticado en los círculos oficiales soviéticos porque en su novela La nebulosa de Andrómeda, que transcurre en una época muy futura, la sociedad ha olvidado los nombres y doctrinas de Marx , Lenin y Jruschov , y en su lugar recuerda a los dioses griegos que simbolizan la justicia, el amor y la belleza, que son valores imperecederos. Qué difícil es ser Dios de los hermanos Strugatsky se planteó como una crítica al sistema cerrado y casi medieval del partido único y del Estado absolutista que entonces imperaba en la antigua URSS. El optimismo de mis relatos tiene su causa en el humanismo , tanto de los escritores anglosajones de CF como de los soviéticos” . [ 1 ]
Ooccul
Evelio Rosero es una rareza entre los escritores colombianos de su generación. No escribe en periódicos, no escribe en revistas, no se deja fotografiar en actos públicos, no tiene una columna semanal, no acepta cargos burocráticos o diplomáticos, no asiste a cócteles ni a presentaciones de libros, no disfruta de la pompa de las ferias del libro ni de las reuniones literarias. Su rostro no es familiar para el ciudadano medio. Es un escritor, y punto, que lleva 30 años dedicado a escribir y nada más, sin pararse a pensar si la prensa cultural -los “loros”, como él los llama- le hace caso o no.
Rosero se propuso desde muy joven ganarse la vida como escritor, y a base de escribir incansablemente (y presentar obras a todo tipo de concursos literarios) lo ha ido consiguiendo. Ha publicado novelas juveniles, poesía, novelas largas, novelas cortas, todo tipo de relatos. Sus 19 títulos publicados (y siete premios ganados) en 25 años lo convierten en uno de los escritores latinoamericanos más prolíficos de su generación, sólo comparable en este sentido con alguien como el siempre abundante César Aira.